No todos los que son de Barinas son mala gente (II)

He tenido un lapsus enorme al decir que me fui a acostar temprano el día en que llegué, cuando fue todo lo contrario. De hecho, salimos varios de la familia a un festival llamado “La Tertulia”, sarao que hacen desde ocho años en los primeros días del mes de diciembre y que se basa en presentar en varios días en los espacios públicos diferentes cantantes y agrupaciones.

Esta noche era el cierre del festival y tuve la oportunidad de ver un grupo de gaitas de Mérida y un trío de reggaetoneros que supuse que eran de Barinas porque nunca había oído sobre ellos –tomando en cuenta que el bombardeo del reggaeton es tal que a juro te sabes al menos los nombres de los artistas- y además todas las niñas y no tan niñas se sabían los temas de cabo a rabo.

Nada del otro mundo, tres carajos cantando sobre una pista, muchos bailarines y pólvora como si fuera un 31.

Por demás, el ambiente era relajado como un festival de calle, la gente viendo los grupos, tarantines vendiendo comida, los encapillados vendiendo curda y todos vacilando.

Al segundo día llega al mediodía un primo de mi mamá al que obviamente teníamos tiempo sin ver, luego de los saludos de rigor y la actualización de datos nos vamos a hacer unas vueltas en algunos bancos, mientras mi madre hacia su cola, el “tío” (así le puse porque me decía sobrino) y yo estábamos charlando.

Después de atender una llamada de lo mas misterioso, en 10 minutos llega una morena con un bebe, nos presenta al niño y cuando mi madre se va, me dice capitulo aparte que es su hijo y que la muchacha es una alumna que tuvo y por cosas de la vida se embochincharon y pasó lo que pasó.

Lo que mas me llamó la atención es lo “mayugada” que está la muchacha que según me contó el “tío” tiene tan solo 30 años, ni yo que tengo trabajando de noche y que tengo uno menos que ella estoy tan escoñeta’o.

Luego que la despide, el “tío” se me voltea y dice:
-Si, soy un viejo vagabundo jejeje

No comments. small town, big hell!

Ah, pero aun no les cuento quien es el “Tío”: es todo un rockstar del status quo chavista barinés, tiene un programa de televisión en un canal regional y uno de radio, ambos de opinión y como ya se imaginaran, sus espacios debe ser todo el tiempo “¡Uh Ah!. Les digo que es un rockstar porque mientras estábamos en el banco y cuando caminábamos en la calle era más popular que el Meridiano.

Pero es un tipo de pinga!

Tan de pinga que al regresar a la casa, me lleva al famoso y único Club Social y Deportivo el Araguaney, la típica taguara de pueblo donde hay una barra y una cancha de bolas criollas. Digo que es famosa porque cuando era chamo, todos los adultos de la familia –incluyendo a mi papá- iban para allá a divertirse.

Ya me sentía todo un adulto!

Al llegar el Tío dio la orden al mesonero:
-Aquel catire que esta allá es mi sobrino, no lo quiero seco.

Así desde las 3 de la tarde hasta las 10 de la noche era una sola bebida de cerveza viendo los carajos jugar bolas y dominó, me envalentoné a jugar par de partidas de esto último pero volví a morder el polvo de la derrota.

A las 10, me llama mi mamá y me dice que hay una fiesta de una primita y que están todos allá, con N cervezas en el coco cada uno nos lanzamos el Tío y yo para allá a rematar la noche con Buchanan 18.

Como dato curioso, estaban amarrando hallacas y les pedí amarrar una para contribuir a la causa, luego de mi labor todos se me quedaron viendo con cara de extrañeza y uno de los primos solo soltó:
-Coño primo, esa hallaca quedó con trabegas ¿quieres que no se la roben?

Ya a la medianoche nos devolvimos a la casa y yo con aquella juma, al acostarme volví a jurar que no bebía mas.

2 comentarios:

Joise!! dijo...

Creo que me perdi!!!!.. Toda la historia se desarrollo en donde??.... jajajajaja.. Hazme un mapa mental please!!!

Joise!! dijo...

Ya entendi!!!!!