Lo humano y lo divino de la música colombiana (o de como se le derrumban los mitos a un veneco)

Anoche gracias a la gentileza de un panita, tuve la suerte de presenciar manifestaciones musicales de Colombia que realzan lo más auctoctono aunque en diferentes epocas y situaciones.

El evento en cuestión se llamaba “La última del año” y presentaba entre DJ, musica electrónica en vivo y una banda de Dub que desafortunadamente me perdí, un par de propuestas que me hicieron descubrir mucho de la música colombiana (y quiza tumbar muchos mitos).

Lo primero fue Los Gaiteros de San Jacinto, un grupo que es considerado patrimonio cultural de Colombía por el trabajo de mostrar folclor puro de la costa atlantica (entiéndase desde Cartagena hasta la Guajira). Es un grupo que tiene todos los años del mundo tocando y que hoy está integrada por la segunda generación, muchos de los pioneros ya han muerto o estan enfermos a excepción de uno que aun canta en la agrupación.

Una de las cosas que me impresionó fue el trato del público apenas se montaban en la tarima, como si se tratase de U2 o Rolling Stones y pues apenas empezaron a tocar la gente explotó en alegría y se prendió la rumba.

Su repertorio se basa en generos propios de la costa colombiana tales como el bullerengue, la cumbia, la puya (que tiene un parecido con el tambor de la costa venezolana incluso los repiques que hace el tambor más agudo suenan iguales al que hace el que toca la caja en un grupo nuestro) y el vallenato.

Ojo: el vallenato que tocan Los Gaiteros no tiene que ver nada con esa música niche que nos ponen en las camioneticas –que si Los Diablitos, Los Inquietos y demás hierbas- por el contrario, se siente el sabor a folclor en la interpretación que vi anoche, ergo, mucho mas sabrosa con solo tambores, charrasca (perdónenme que no sepa cómo le llaman en Colombia) y acordeón.

(A propósito, tocaron “La gota fría” perteneciente a la tradición y que Carlos Vives la inmortalizó hace muchos años)

Por demás, senda parranda estuvo armada mientras Los Gaiteros tocaban, obviamente no aguanté dos pedidas antes de ponerme a bailar.

Luego, lo que mas me intrigaba por ver: Champeta en vivo de parte de tres representantes (creí haber escuchado los mas importantes) de éste genero: Sayayin, Afinaito y Charles King. Lo que yo tenía guardado en el disco duro de mi memoría con ese nombre era un especie de soca, mezclada con música africana que nació entre Palenque y Cartagena de raiz popular, pero lo más cercano que recordaba era unas fiestas que hacían en los barrios caraqueños donde 50000 personas practicamente tiraban parados al son de la música “champetúa”.

Creo que les llamaban “despeluque” a los saraos.

Todos esos mitos se derrumbaron apenas empezó la Champeta en el escenario, una banda de 6 músicos (donde el baterista, el bajista y el guitarrista eran unos duros con sus instrumentos) era la base para armar el rumbón.

Si me preguntan como suena la champeta en vivo les diría que es como soca pero ligada con música de Costa de Marfil, las progresiones armónicas más el guitarrista nos hacian ese viaje a la Madre Africa, demasiado sabroso.

Nada que ver con la música chaborra que escuchaba en los videos de “Despeluque en Petare”.

Y los cantantes, pues, para ser sinceros un poquito desafinados, pero creo que la banda los apoyo muchisimo.

Lo humano y lo divino de la música colombiana me hizo pasar una noche muy bailable.

“Coño, dejame sentarme, estoy cansado de tanto bailar”

(frase dicha por mi muchas veces durante la noche)

Unos videitos para que aprecien

Gaiteros de San Jacinto


Charles King


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